miércoles, 10 de agosto de 2016

El supuesto tesoro de Jean Lafitte


Retrato anónimo de Jean Lafitte
año 1800 - Rosenberg Library,
Galveston,Texas, USA

Jean Lafitte fue un militar francés de la guerra anglo-estadounidense de 1812 y corsario que operó en las costas del golfo de México a principios del siglo XIX. Llegó a ser conocido con varios nombres y títulos como: "El Corsario", "El Bucanero", "El héroe de Nueva Orleans", "El terror del Golfo" y "El Rey de Barataria". Lafitte estableció el llamado "Reino de Barataria" en las ciénagas cercanas a Nueva Orleans después que comprara  Luisiana en 1803. Conocido también por sus actividades ilegales, atacaba a los barcos mercantes en el Golfo de México y luego vendía  los objetos robados en uno de los muchos puertos, que le pertenecían.  El llamado Lafita era su cómplice, su hermano Pierre Lafitte. Estos dos eran tan buenos en robos y hurtos que acumularon una gran cantidad de riquezas y joyas. Se decía que los hermanos tenían un lugar para esconder sus tesoros, que son los que han dado lugar a muchos misterios y leyendas. Bajo su mando tuvo más de 50 buques, lo que sugiere lo grande grande que era su poder. 





Pantano de Nueva Orleans

Después de la muerte de Lafitte en 1830,( no está clara la fecha de su muerte) se comienza  a hablar sobre sus riquezas, leyendas sobre sus tesoros que comienzan a extenderse por todo el mundo. Se dice que algunos de sus tesoros están enterrados en el "Lago de Bourne", en la costa de Nueva Orleans. Otros dicen que el mejor lugar es de aproximadamente tres millas al este del "viejo camino español", en el río Sabine. En este momento nadie ha descubierto este gran tesoro estimado en aproximadamente en dos millones de dólares.




El año 1950 aparece un manuscrito llamado el diario de Jean  Lafitte, atribuible a él, que narra cuando supuestamente se fue a vivir tranquilamente a Saint Louis hasta su muerte en 1940, en este diario dice que estos escritos considerados como sus memorias no fueran mostrados en público hasta 107 años después de su muerte. La autenticidad de este manuscrito data del siglo XIX, por lo que se supone que podrían ser de él.

Si se comprobase la autenticidad de este manuscrito,  “Su diario de vida” demostraría, entre otras cosas, que Lafitte era judío, y que las patentes de corso a las que él hacía referencia eran auténticas por lo tanto su actividad no sería considerada una piratería.




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